Entradas

Mostrando entradas de 2011

Estamos invitados a tomar el té....

Estamos invitados a tomar el té...                                                                                                            Lic. Analia Goldin Cuando éramos chicos, una tarde de juegos con amigos, era si y sólo si, con el amigo en cuestión, presente de cuerpo y alma, saber de la familia que vivía en el exterior, significaba esperar al cartero con la ansiada carta, y lo que en la escuela nos contaban de lugares lejanos era super creíble porque para verlo teníamos que acudir a las revistas Billiken que teníamos guardadas, y no siempre se encontraban en el mejor de los estados. En los últimos años las posibilidades que nos otorgan los medios de comunicación para comunicarnos son cada vez mayor. Podemos saber que pasa en el otro lado del mundo antes que los propios habitantes del lugar. Vía televisión digitalizada, o Internet, el mundo se conmueve con imágenes del hambre en el mundo o las guerras, sin inmutarse por el niño desnutrido que pasa a nuestro lado

¿Cómo pedir ayuda? ¿Cuándo consultar?

Analia Goldin Domingo a la tarde. La familia está “reunida en casa”. Laura, 15 años, está sentada frente a la computadora. De sus orejas cuelgan unos novedosos auriculares que la aíslan del movimiento hogareño y la comunican vía Internet con sus 25 contactos en el MSN. Mientras tanto Hugo, su papá, escucha el partido de Boca-River, transmitido por Radio Rivadavia, a través de sus auriculares y Pablo de 18 mira absorto la pantalla de T y C Sport en la que transmiten el mismo partido. Rodrigo, de 12 años, conectado a su MP4, juega a la Play Station , una batalla que transforma su cara con expresión desesperada. En eso entra María, cargada con las bolsas del supermercado, y pregunta: “¿alguien me puede ayudar?” Silencio. Nadie contesta. “Parece que en casa no hay nadie”, dice finalmente. ¡Cuántas veces en casa hay alguien, pero la soledad es tan profunda! ¡Cuántas veces estamos acompañados, pero nos sentimos tan solos!

Entrevistas preliminares. ¿Cuándo comienza un tratamiento?

Analia Goldin “Quién pretenda aprender por los libros el noble juego del ajedrez, pronto advertirá que sólo las aperturas y los finales consienten una exposición sistemática y exhaustiva, en tanto que la rehúsa la infinita variedad de las movidas que siguen a los de aperturas” [1] Pedro consulta ya que siente un malestar en su vida. Su demanda de análisis conlleva un sufrimiento subjetivo. El motivo de consulta es para él angustiante. “Sé que en mi vida las cosas no funcionan bien”. Se presenta como un profesional exitoso pero desdichado en su vida sexual. Según la cita anterior del texto de Freud, Pedro es escuchado por un terapeuta que sabe que una nueva partida se debe iniciar. Sabe que en las siguientes entrevistas preliminares deberá establecer un diagnóstico y prever estrategias de trabajo. Nos encontramos con un sujeto que demanda por su angustia y su deseo de cura a través del análisis, y un analista que deberá decidir en las primeras entrevistas si

¿Madre se hace o se nace?

¿Madre se hace o se nace? LIc. Analia Goldin · Introducción: 16 En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él. 17 Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. 18 Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. 19 Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él. 20 Y se levantó a medianoche y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado mío su hijo muerto. 21 Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había

Mirando por la ventana, la guerra de los Roses

Mirando por la ventana, la guerra de los Roses Lic. Analia Goldin El poco tiempo que duró el tratamiento de Tomás, me presentó hasta ahora uno de mis mayores dilemas de la clínica de niños: En el tratamiento de niños los padres llegan al consultorio por una determinada consulta acerca de sus hijos, e inmediatamente toman un lugar muy importante en el tratamiento. Sin su colaboración no existe el mismo. El trabajo analítico es familiar. Y las resistencias no son sólo del paciente sino también de los padres. El dilema en el tratamiento de Tomás era cómo trabajar con los padres sin que se me pierda de vista mi paciente. Ocupaban un lugar muy grande en el discurso familiar, y poco espacio quedaba para la angustia del niño. Tomás es un niño de 11 años que vive con su madre, su hermana de 8 y su hermano de 6. La madre de Tomás realizó una consulta, ya que lo notaba violento con sus hermanos, poco comunicativo, desganado y aislado. Su hipótesis era que se comport