Estamos invitados a tomar el té....
Estamos invitados a tomar el té... Lic. Analia Goldin Cuando éramos chicos, una tarde de juegos con amigos, era si y sólo si, con el amigo en cuestión, presente de cuerpo y alma, saber de la familia que vivía en el exterior, significaba esperar al cartero con la ansiada carta, y lo que en la escuela nos contaban de lugares lejanos era super creíble porque para verlo teníamos que acudir a las revistas Billiken que teníamos guardadas, y no siempre se encontraban en el mejor de los estados. En los últimos años las posibilidades que nos otorgan los medios de comunicación para comunicarnos son cada vez mayor. Podemos saber que pasa en el otro lado del mundo antes que los propios habitantes del lugar. Vía televisión digitalizada, o Internet, el mundo se conmueve con imágenes del hambre en el mundo o las guerras, sin inmutarse por el niño desnutrido que pasa a nuestro lado