El rol del
psicólogo en el ámbito del hospital.
Lic. Analia Goldin
“Caminante no
hay camino, se hace camino al andar”
Voy camino al
hospital y la voz de Joan Manuel Serrat se escucha en mi celular, describiendo
casi, la esencia de lo que pasa con “el rol del psicólogo en el ámbito
hospitalario”.
Ámbito donde el
discurso amo es el médico y el discurso psi se hace su lugar. El lugar no está previamente establecido, hay
que caminar, observar, escuchar, preguntar, intervenir, de hecho, caminar y
caminar. El rol del psicólogo se
construye y comienza a tomar cuerpo cuando el discurso médico encuentra espacios
donde no puede dar respuesta desde su saber, y donde ve que las patologías
humanas no pueden ser entendidas sólo desde una sola mirada, sino que es necesaria
una escucha diferente, interdisciplinaria.
Un día
cualquiera de un año cualquiera:
Me encuentro en
el pabellón de salud mental, en un hospital público de la ciudad de Buenos
Aires. Ingreso un rato antes de que llegue mi paciente, tomando registro de mis
emociones, y tratando de imaginarme quien vendrá a pedir ayuda paa calmar su
padecimiento. Es un lugar chico,
separado de todos los pabellones, dicen que es un pabellón que quedó sin tocar
en épocas de refacción.
Entro a los
gabinetes. Pequeños. Y el primer escollo
institucional se me presenta: “no encuentran la llave del placard para dejar
los abrigos”. Y mis primeras
preguntas: ¿quién se tiene que encargar de estas cosas en un hospital
público?
Con tapado,
bolsas y cartera en mano me dirijo al servicio de obstetricia donde se
encuentran mujeres que están cursando embarazos de alto riesgo que son derivadas
por el servicio de obstetricia cuando comienzan a tener problema de
hipertensión y diabetes.
La primera
entrevista la realizaremos junto al médico tratante: intentaremos armar una
red.
Paciente 1:
Es una mamá con
su bebé de 50 días en brazos. Viene para un control post parto.
El obstetra me
presenta: “Analia es una psicóloga del hospital”. Le explico que el hospital
les da a las madres un espacio en sus consultas por si necesitan compartir sus
sentimientos, angustias, emociones.
Y espero a que
surja la demanda.
La mamá, saca de
su cartera un sobre con muchos papeles, análisis que le dieron durante la
internación. El médico comienza a
leerlos y me explica datos de valores y nomenclaturas escritas en los
informes. En el medio de una
conversación de la que la mamá no entiende una palabra, nos mira con uns mirada
entre confundida y desesperada. El
médico está hablando de ella, pero no a ella. Veo en sus ojos una gran
ansiedad por entender algo. Mientras
tanto su bebé descansa en una cunita, esperando a que su mamá pase por los
controles de rutina.
“Están
fantásticos los análisis, Roxana. Esto no te afectó el riñón”. Roxana sonríe, y en ese momento me doy cuenta
de lo importante que es que el médico no le diga mamita, mami, mamá, sino por
su nombre. El médico subjetiviza a esa
paciente que tiene sentada delante no sólo desde su rol de madre, no sólo desde
su lugar en ese consultorio, sino desde su posición como sujeto. Su nombre.
Roxana sonríe y
mira a su bebé. La indicación médica es
que deje la medicación y que siga comiendo sin sal. “Te quiero ver sin medicación y sin sal en 2
semanas”.
Roxana toma a su
bebé, lo abriga de una manera muy entrenada. Mientras que una mano lo abraza,
con el otro se abriga ella, toma sus cosas, tapa a su hijo. Le pregunto si hay
algo de lo que quiera chrlar o preguntar, y me responde que no, tiene 4 niños
esperando en su casa par comer. Y sale apurada
del consultorio.
Paciente 2:
Ingresa Silvana.
Embarazada de 31 semanas. 18 años de edad.
Estuvo internada por alta presión y un hematoma en la placenta, lo que
le produjo pérdidas. El obstetra le
pregunta sobre su internación y relata que fue una tortura. Estuvo muy preocupada por su bebé durante su
estadía en el hospital, casi le quieren hacer una cesárea de urgencia. “Tuve
mucho miedo. Es tan chiquito”. El
médico le pregunta si antes de la internación tuvo algún problema. Ella dice que no. Comienzan a hablar acerca de un viaje que
quiere realizar a ver a su abuela ya que la tienen que operar. “Tengo miedo por
ella, no la veo hace 5 años”. El médico le dice que no lo recomienda ya que son
muchas horas en un micro, que su embarazo es de riesgo y que es preferible que se
quede tranquila. Silvana lo acepta sin
protestar. Concluida la revisación el
médico le sugiere tener una charla conmigo.
Silvana acepta aliviada. Nos retiramos a otro consultorio. Le cuento
acerca del encuadre analítico, especialmente explicándoles que este es un
espacio donde puede decir lo que sienta sin miedo, que todo lo que diga queda
en este consultorio. Me mira de manera tierna y aliviada. Le pregunto que hace
durante del día y ella cuenta que es una gran ama de casa. Vive con su pareja y buscaron a este
bebe. Cuando quedó embarazada pensó que
su mamá se iba a enojar con ella, pero no fue así. Este comentario me llamó la
atención. Es a tomar en cuenta que lugar
ocupa su madre en su representación como madre. Habrá que ver como se ubica
ella misma en el lugar de madre. La noticia fue bien recibida. Ella pasa los días en compañía de su
mamá.
Cuenta que
comenzó a estudiar computación hasta que nazca el bebé. “no
quiero estar sin hacer nada”. La
invito a participar de un grupo de madres que se juntan a charlar sobre sus
dudas. Es un espacio donde puede venir
con su pareja. Ella quiere saber si su novio puede participar en el parto. Para ella es importante. “¿De
eso van a hablar en los grupos?” me pregunta.
Paciente 3:
Claudia ingresa
al consultorio bastante agitada. El
médico le dice que está muy acelerada. “Es que estoy parada desde las 4 de la
mañana”. Los pacientes van a sacar número al hospital desde muy
temprano. “A las 8 recién dan los turnos y las colas comienzan muy temprano para
conseguir un lugar”. Lo institucional atraviesa la clínica. Atraviesa al
sujeto. El servicio toma en cuenta que
una embarazada de alto riesgo no puede someterse a semejante estrés. “no te
preocupes, a partir de la próxima vas a venir a un horario que fijamos ahora.”
Paciente 4:
Jimena se
encuentra muy ansiosa y con muchas preguntas, Nos cuenta que está asustada ya
que su mamá perdió un bebé por un pico de presión en su embarazo. El médico le
recomendó muy afectuosamente que viva su propia experiencia. Que no escuche lo que otras mamás digan ya
que ella tiene que construir su propia maternidad. Comentario muy acertado y
contenedor.
Paciente 5:
María relata que
le sangra mucho la nariz. Todavía no
toma medicación. La derivaron ya que tuvo hipertensión en embarazos anteriores.
La derivan a otorrinolaringología.
Comienza la revisación buscando los latidos del bebé. No los encuentra. Tarda y la expresión de la mamá se pone
tensa. Toma el aparato medidor la
doctora y tampoco los encuentra. Me
acerco a esa mamá angustiada y le tomo de la mano. Se hace un silencio en el
consultorio hasta que por fin se escucha. “Acá están” La sonrisa vuelve a la cara
de la mamá, y de la obstetra. Y por supuesto siento un alivio en el medio de mi
pecho.
Paciente 6:
Sonia es una
parturienta con su bebé de 17 días en brazos.
Lo deja en la cunita y el bebé llora incansablemente. Le quitan los puntos de la cesárea y la
obstétrica toma al bebé para calmarlo pero este sigue llorando. Terminado el
control la mamá toma al bebé y lo prende a la teta. A partir de ese momento se
le indica dejar la medicación y se tiene que cuidar con la sal. La médica se
preocupa por la alimentación de la madre.
La madre se ocupa por la alimentación de su hijo.
La próxima entrevista
es por fuera del control médico. Viene
una paciente a la que vi ya 3 veces. Es
un caso comprometido, con violencia y un embarazo de riesgo por
hipertensión. La mujer saca de su
cartera una gran cantidad de denuncias policiales hacia su suegra y cuñado por
golpes e injurias. También me muestra un
informe de una guardia donde fue asistida después de una golpiza. Tuvo una
fractura de brazo y un mechón de pelo arrancado.
Habla de su
suegra y llora. Cuenta que a ella la angustia hablándole de su padre, al que
parece lo conocía desde hace mucho. Él
murió del corazón. Era hipertenso. Ella sufre mucho por esa muerte. Su suegra le arruina la vida.
Insisto en la
misma pregunta que ya le realicé las otras veces: ¿Y tu marido? Y la misma y
rara respuesta: “con él me llevo super”.
Le digo que no
entiendo ese súper si él permite que
su propia madre la angustie tanto y no haga nada por frenarla
Me pregunto por
el funcionamiento familiar y el lugar de cada uno de ellos en esta conflictiva.
Pero ella no recibe mi intervención y no le da lugar a su marido ni siquiera en
su discurso.
“MI papá era la mitad de mí. Lo que él decía se
cumple. Mi papá se hacía mucha malasangre por lo que decía mi suegra. Yo creo
que ella es la culpable de que mi papá se murió y yo soy culpable de su muerte
por tener esa suegra. Quisiera estar con mi papá para no tener que sufrir”.
Relata que
cuando murió su papá tuvo que ir a la guardia. Se agitaba y no podía respirar.
“me pasaba lo mismo que a él. Me agitaba como él antes de morir”
Este comentario
resuena desde otra escena, y abre espacio a diferentes hipótesis clínicas. Por el momento es necesario seguir
escuchando.
Le recuerdo que
tiene un turno con el equipo de violencia.
Le pido que venga con su marido. Le doy un horario para volver a
conversar y le insisto que quiero conocer al marido.
Se retira la
paciente y me quedo pensando en diferentes hipótesis a abordar. Su ubicación
frente a la violencia sufrida. El lugar
del esposo en el conflicto. Su
problemática edípica en relación a su padre.
Su posición en el duelo frente a la muerte de su padre. La necesidad de una interconsulta con
psiquiatría.
Casi sin darme cuenta
la jornada comienza a llegar a su fin. Me preparo un café y comienzo a pensar en
las mujeres que pasaron hoy por el servicio. ¿Qué será de sus vidas, sus angustias,
sus temores? ¿Habré podido dejar alguna huella para que la demanda surja?
Serrat tenía
razón. El camino se hace andando. También
el del psicólogo en el hospital. No siempre se puede esperar intervenir a
partir de una demanda instalada, sino que hay que ayudar a que esa demanda se
construya.
The Casino Junket Resort Tickets - JDH Hub
ResponderEliminarBuy The Casino Junket Resort Tickets at JTM-Jhub.com. 김해 출장샵 The Casino 구미 출장마사지 Junket Resort's full 하남 출장마사지 range of amenities 전주 출장샵 includes 익산 출장안마 free Wi-Fi and a fitness center,